Insultante. Acabo de recibir una llamada del despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo para lo que yo pensaba que sería una entrevista de trabajo. Para los que no lo conozcáis, Cremades & Calvo-Sotelo es considerado uno de los grandes despachos de abogados del país. Sin ir más lejos, ocupa el nº 11 del último ránking de despachos de abogados que operan en España publicado por el diario Expansión: http://www.expansion.com/2012/06/26/juridico/1340664974.html.
Lo que en un principio me provocó una gigantesca agitación cardíaca ante la oportunidad de debutar en un despacho de primer nivel, acabó por indignarme.
Al individuo que me llamó parecieron haberle encantado y sorprendido tanto mi trayectoria académica como mi currículum y expediente. Tras catapultarme el ego y la autoestima adulándome a base de preciosas palabras, me informó de la magnífica oportunidad que estaba a punto de ofrecerme. He de admitir, que me resultaba extrañísimo que me elogiaran tanto para ofrecerme una entrevista de trabajo, pero a estas alturas de la conversación, reconozco que me era imposible no sonreír.
Con voz animosa y repitiendo mi nombre a un ritmo empalagoso, procedió a anunciarme que la filosofía del despacho era la de darle a los abogados recién licenciados una formación práctica dirigida a que los jóvenes juristas pudiéramos acoplarnos con mayor facilidad y eficiencia a los mecanismos de trabajo de su firma. Con ese fin, el despacho me ofrecía la realización de un máster a elegir de entre tres que por cierto, tenía que pagar yo:
- Máster en asesoría jurídica de empresas (16.000 €)
- Máster en derecho de la energía (12.000 €)
- Máster en derecho de las telecomunicaciones (12.000 €)
Tras convertir la esperanzadora llamada en un atraco a mano armada (la sonrisa de mi cara se había ido difuminado hasta desaparecer completamente), procedió a comunicarme los planes de inserción laboral, a los que estos másteres me darían acceso en su despacho:
- Plan A: Pagando exclusivamente el precio del máster (¡EXCLUSIVAMENTE!) tendría garantizados 3 meses de prácticas en su despacho. Sí, sí, habéis leído bien, ¡¡TRES MESAZOS!!
- Plan B: En lugar de pagar el precio del máster, me ofrecían pagar 27.000 €urillos, que, una vez finalizado el máster, me darían acceso a la firma como abogado con sueldo y alta en la seguridad social.
Lo que en un principio parecía una llamada para ofrecerme la oportunidad de incorporarme al proceso de selección de un prestigioso despacho de abogados, resultó ser un timo propio de los trileros que abundan en algunas zonas de Barcelona o en el puente de Westminster de Londres a los que persigue diariamente la policía.
Ni la oferta resultó ser la esperada ni su comportamiento, el de un despacho cuyo prestigio le obliga a tener una conducta distinta a la que me han demostrado. Espero que poco a poco se conozca la filosofía de este bufete y que sus clientes vean cómo accedieron a la firma los abogados que dentro de unos años llevarán sus asuntos.
Nunca imaginé que la crisis fuera a sacar lo peor de la gente de este modo. Resulta repugnante que vayan a aprovecharse de la inocencia e ilusión de los jóvenes recién licenciados para financiarse a su costa. Parece mentira que una firma de tanto renombre recurra a estafas de esta clase para costear el descenso de su volumen de negocio.
La grandeza de una firma no sólo la determina su nivel de facturación o la preparación jurídica de sus profesionales, sino también su calidad humana. En este sentido, el despacho Cremades & Calvo Sotelo, ha quedado a la altura del betún. Patético.